Paul Maclean
Paul Donald MacLean
nació en Phelps, N.Y..
El Dr. Paul D. MacLean, neurólogo y psiquiatra que desarrolló la
intrigante teoría del "cerebro triuno" para explicar su evolución y
para intentar conciliar el comportamiento racional humano con su lado más
primitivo y violento.A finales de los 40, mientras era un joven investigador de Yale, el Dr. MacLean se interesó por el control del cerebro de las emociones y el comportamiento. Después de estudios iniciales de la actividad cerebral en pacientes epilépticos, se centró en gatos, monos, y otros modelos, utilizando electrodos para estimular las diferentes partes del cerebro en animales conscientes. Luego registró las respuestas y, en la década de 1950, comenzó a trazar los comportamientos individuales tales como la agresión y la excitación sexual y sus fuentes fisiológicas. El Dr. MacLean fue nombrado profesor asistente de psiquiatría en Yale en 1951.
Más tarde se convirtió en profesor asociado de fisiología antes de pasar al Instituto Nacional de Salud Mental en 1957.
El Dr.
MacLean determinó como que el centro de las emociones en el cerebro
estaba en el sistema límbico y describió un área que incluye las estructuras
llamadas hipocampo y la amígdala. Desarrollando las observaciones formuladas
por el Dr. James W. Papez de Cornell, propuso que el sistema límbico se había
desarrollado en los primeros mamíferos para controlar las respuestas de
lucha-huída y de reaccionar tanto ante las sensaciones emocionales placenteras
como las dolorosas. El concepto está ampliamente aceptado en
la neurociencia.
El Dr. MacLean dijo que la idea del sistema límbico lleva a reconocer que su presencia "representa la historia de la evolución de los mamíferos, de la familia y su modo de vida distinto." En la teoría del Dr. MacLean, los tres sistemas permanecen cada uno en su lugar y en competencia con frecuencia y, de hecho, sus conflictos ayudan a explicar los extremos en el comportamiento humano.
En la década de los sesenta, el Dr. MacLean amplió su teoría para dirigirla a la estructura completa del cerebro humano y su dividió su evolución en tres partes, una idea que él llamó el cerebro triuno. Además de identificar el sistema límbico, señaló un cerebro más primitivo llamado el complejo R, en relación a los reptiles, que controla funciones básicas como el movimiento muscular y la respiración. La tercera parte, la neocorteza, controla el habla y el razonamiento y es la más reciente incorporación evolutiva.
El Dr. MacLean dijo que la idea del sistema límbico lleva a reconocer que su presencia "representa la historia de la evolución de los mamíferos, de la familia y su modo de vida distinto." En la teoría del Dr. MacLean, los tres sistemas permanecen cada uno en su lugar y en competencia con frecuencia y, de hecho, sus conflictos ayudan a explicar los extremos en el comportamiento humano.
En la década de los sesenta, el Dr. MacLean amplió su teoría para dirigirla a la estructura completa del cerebro humano y su dividió su evolución en tres partes, una idea que él llamó el cerebro triuno. Además de identificar el sistema límbico, señaló un cerebro más primitivo llamado el complejo R, en relación a los reptiles, que controla funciones básicas como el movimiento muscular y la respiración. La tercera parte, la neocorteza, controla el habla y el razonamiento y es la más reciente incorporación evolutiva.
En los años La muerte del doctor MacLean fue confirmado por su
familia, murió el 26 de diciembre en Potomac, Maryland Tenía 94 años.
1970 y 1980, los
aspectos del modelo del Dr. MacLean fueron popularizados por el astrónomo Carl
Sagan y el novelista Arthur Koestler.
Paul MacLean, desarrolló un modelo de la estructura cerebral del ser
humano, al que
llamó “Cerebro Triuno”, o Tríada cerebral, o “Tres en uno”.
Esta teoría se
basa en la evolución que ha alcanzado el cerebro a lo largo del tiempo, en
dónde se plantea que el cerebro humano, se compone de tres sistemas neurales
interconectados, con sus funciones propias y específicas y particular
inteligencia. Toda esta conformación de las capas cerebrales se definen en
función de cada proceso de evolución y en consecuencia de desarrollo de cada
uno de los sistemas.
“El modelo
Cerebro Triuno, concibe al ser humano, como un ser constituido por múltiples
capacidades interconectadas y complementarias, de allí su carácter integral y
holístico, que permite explicar el comportamiento desde una perspectiva más
integrada, en donde el pensar, el sentir y el actuar, se compenetran en un todo
que influye en el desempeño del individuo”
Estos
mini cerebros trabajan como ‘verdaderas computadoras biológicas interconectadas’,
cada cual funcionando con su propia inteligencia y característica morfogenética,
teñida por la genética, el tiempo y los acontecimientos registrados en su
memoria.
El cerebro humano se
compone de tres cerebros o niveles superpuestos, fruto de la evolución, parece
que han ido superponiéndose uno sobre otro. La evolución se ha desarrollado tal
como se manifiesta en el crecimiento del embrión.
Estos
tres cerebros se encuentran en permanente comunicación entre ellos, pero
conservan sin embargo una cierta independencia y controlan, además, cada uno
algunas funciones concretas de nuestro cuerpo.
Es el que actúa cuando nos
ocupamos de cosas puntuales como fregar, lavar o coser. Es la parte más antigua
del cerebro, es más, es el primero que la naturaleza nos proporcionó.
Los reptiles son las especies animales
con el menor desarrollo del cerebro. El
suyo, está diseñado para manejar la supervivencia y en dos extremos: huir o
pelear, con muy poco o ningún proceso sentimental. Tiene un papel muy importante
en el control de la vida instintiva.
Este cerebro no está
en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el
estado del organismo así lo demanda.
El complejo
reptiliano comprende las conductas que se asemejan a los rituales animales como
el anidarse o aparearse y las conductas impulsivas de defensa y ataque.
Cuando este cerebro
ha sido activado en la primera infancia debido al maltrato o a climas
emocionales de violencia; y probablemente cuando llegue la persona a la adultez
será una persona necesitada de drogas
para calmarse, un suicida, un violento o un delincuente.
Se trata de un tipo
de conducta instintiva programada y poderosa, por lo tanto, es muy resistente
al cambio. Es el impulso por la supervivencia: comer, beber, temperatura
corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo, protección.
Nos sitúa en el puro
presente, sin pasado y sin futuro, por lo que es incapaz de aprender o
anticipar.
En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no
verbales, de aceptación o rechazo.
Es un cerebro funcional, territorial, responsable
de conservar la vida, no piensa ni siente emociones, es pura impulsividad y es
el capaz de cometer las mayores atrocidades.
Estructuras
cerebrales que comprenden el sistema reptil:
El sistema límbico, el segundo cerebro en
evolucionar, alberga los centros primarios de la emoción. Incluye la amígdala, que es importante en la asociación
de los acontecimientos con las emociones, y el hipocampo, que se activa para
convertir la información en la memoria a largo plazo y en la recuperación de la
memoria. El uso repetido de las redes nerviosas especializadas en el hipocampo
aumenta la memoria de almacenamiento, por lo que esta estructura está
involucrada en el aprendizaje tanto a través de experiencias comunes como del
estudio deliberado. Sin embargo, no es necesario conservar cada bit de
información que se aprende. Algunos neurocientíficos creen que el
hipocampo ayuda a seleccionar la que la memoria ha almacenado, tal vez por la
fijación de un "marcador emocional" hacia algunos eventos para que
tengan la posibilidad de ser recuperados. La
amígdala entra en juego en situaciones que despiertan sentimientos como el
miedo, la piedad, la ira o la indignación. El daño a la amígdala puede suprimir
un recuerdo cargado de emoción. Dado el sistema límbico establece vínculos
entre emociones y el comportamiento, sirve para inhibir el complejo R y su preferencia
por formas rituales, sus formas habituales de responder.
El sistema límbico también está implicado en actividades primarias relacionadas con la alimentación y el sexo, especialmente si se tiene que ver con nuestro sentido del olfato y las necesidades de unión, y las actividades relacionadas a la expresión y a la mediación de las emociones y sentimientos, incluyendo emociones vinculadas de forma conexa. Estos sentimientos protectores y de amor son cada vez más complejos como el sistema límbico y el neocórtex con el que enlaza por arriba.
El sistema límbico también está implicado en actividades primarias relacionadas con la alimentación y el sexo, especialmente si se tiene que ver con nuestro sentido del olfato y las necesidades de unión, y las actividades relacionadas a la expresión y a la mediación de las emociones y sentimientos, incluyendo emociones vinculadas de forma conexa. Estos sentimientos protectores y de amor son cada vez más complejos como el sistema límbico y el neocórtex con el que enlaza por arriba.
Funciones del cerebro
medio:
- Conducta emocional y socialmente significativa
- Ejecuta programas relacionados con las emociones, afectos, motivación para la
- acción, defensas, miedos, etc.
- Evaluación de la información sensorial en el contexto
- El aprendizaje
- Memoria declarativa (o de hechos)
- Memoria emocional, conducta emocional
- Su alteración, repercute en el afecto, en el pensamiento, en las respuestas
- neuroendócrinas y autonómicas y, finalmente en la conducta humana
- Circuitos de placer-dolor
“Con
este cerebro aparece la capacidad de aprender y modelar las respuestas
automáticas pro-supervivencia y por ende la de memorizar nuevas respuestas para
poder ser utilizadas con posterioridad ante situaciones futuras semejantes. El
aprendizaje que posibilita el cerebro medio es guardar todas las experiencias
nuevas, que se asocian a su calificación pro-supervivencia o contra supervivencia,
en un sistema de archivo que se divide en dos partes bien delimitadas”.
Componentes
del sistema límbico y sus funciones
Curiosamente, no existe un acuerdo
universal sobre las estructuras concretas que forman el sistema límbico. Las
más comúnmente aceptadas son:
CORTEZA LÍMBICA
Se sitúa alrededor del cuerpo
calloso, y es una zona de transición, ya que se intercambia información entre la
neocorteza y estructuras subcorticales del sistema límbico.
Es un área de asociación, es decir, la
que integra información de varios tipos y la reúne para darle un significado.
Así, podemos dar una interpretación a algo que nos ha ocurrido y clasificarlo
como agradable, desagradable, doloroso, o placentero.
¿Qué áreas incluye?
– El giro cingulado: envuelve parte
del cuerpo calloso, se encarga de procesar y controlar la expresión de
emociones y aprenderlas. Parece también tener un papel importante en la
motivación, estando implicando en las conductas dirigidas a objetivos. Se ha
demostrado que es esencial también en el comportamiento materno, apego, y
reacción a olores.
– El giro parahipocampal: se localiza
en el área inferior de los hemisferios cerebrales, debajo del hipocampo.
Participa principalmente en la memoria, más específicamente, en el
almacenamiento y recuperación de recuerdos.
HIPOCAMPO
Se sitúa en la parte media del lóbulo
temporal y se comunica con la corteza cerebral, el hipotálamo, el área septal,
la amígdala… gracias a sus múltiples conexiones. Su
tarea más destacada es consolidar el aprendizaje y la memoria.
El hipocampo se encarga de introducir
en nuestro almacén de memoria a largo plazo aquello que aprendemos.
De hecho, cuando hay una lesión en esta
estructura no eres capaz de aprender ninguna cosa nueva, quedando intactos tus
recuerdos del pasado. Esto se denomina amnesia
anterógrada. ¿Por qué no se
alteran los recuerdos más antiguos? Pues porque se almacenan en otros lugares
de la corteza cerebral, que, si no se lesionan, los recuerdos siguen estando
allí.
El hipocampo también se activa en la recuperación de recuerdos.
De esa forma, cuando reconocemos algo, como un lugar o
un camino se lo debemos, en parte, a esta estructura. De hecho, es esencial
para nuestra orientación espacial y para identificar las pistas del entorno que
son conocidas para nosotros.
¿Por qué esta estructura forma parte de
un sistema emocional? Pues bien, debes saber que hay un vínculo muy importante
entre las emociones y la memoria. En concreto, un nivel óptimo de activación
emocional facilitará la formación de recuerdos.
Así, recordamos mejor aquellas
situaciones que tuvieron significado emocional para nosotros, ya que las
consideramos más útiles para nuestro futuro que aquellas que no lo tienen.
EL HIPOTÁLAMO
El hipotálamo una importante estructura que se localiza en la
parte inferior del tálamo, en el interior de los tractos ópticos. Una de sus
funciones más destacadas es controlar que el funcionamiento de nuestro
organismo se mantenga en equilibrio.
Tiene muchas
conexiones con áreas muy diversas del cerebro: lóbulos frontales, tronco
cerebral, médula espinal,
hipocampo, amígdala, etc.
Posee sensores que provienen de la
mayor parte de nuestro cuerpo: sistema olfativo, retinas, vísceras… Además de
ser capaz de captar la temperatura, los niveles de glucosa y de sodio, niveles
hormonales, etc.
En definitiva, influye en funciones
autonómicas, en el sistema nervioso simpático (típicas respuestas de estrés
como aumento de los latidos del corazón y sudoración), en el parasimpático
(regulación de órganos internos cuando estamos en reposo), funciones
endocrinas, y comportamientos como reacciones emocionales.
Se asocia con el apetito (área
hipotalámica lateral) y la saciedad (núcleo ventromedial del hipotálamo), las
respuestas sexuales, y la regulación de
los ritmos circadianos
(sueño y vigilia).
LA AMÍGDALA
La amígdala una de las estructuras del sistema
nervioso más estudiadas y más
directamente vinculada con las emociones.
Tiene forma de
almendra y se compone de dos núcleos, cada uno situado en el interior de un
lóbulo temporal.
Por un lado,
parece que las hormonas del estrés
que se liberan cuando tenemos una vivencia emocional importante, hacen que se consoliden los recuerdos afectivos. Y todo ese proceso lo
realiza la amígdala.
Además, esta área cerebral interviene
en el reconocimiento de expresiones emocionales faciales. Es un proceso que,
aunque no lo parezca, se realiza de manera breve, automática, e incluso
inconsciente. Esto es muy importante para una interacción social adecuada.
Otra función esencial de la amígdala es
procesar el miedo en el condicionamiento conductual. Es decir, aprender que un
estímulo o entorno está asociado a algún peligro, por lo que nuestro organismo
debe prepararse para defenderse.
Por tanto, la amígdala se encargaría de
aprender y almacenar las memorias implícitas del miedo (más inconscientes);
mientras que el hipocampo adquiriría las memorias declarativas (aquellas que se
pueden evocar conscientemente).
Por ejemplo, un daño sólo en la
amígdala dejando el hipocampo intacto haría que nos sujetos no aprendieran a
tener miedo de estímulos amenazantes, pero sí aprenderían las circunstancias o
ambiente donde ocurrió ese suceso.
Mientras que una lesión exclusiva en el
hipocampo afectaría al aprendizaje de las claves contextuales conscientes, pero
no alteraría el aprendizaje del miedo condicionado.
EL ÁREA SEPTAL
Se sitúa justo encima de la comisura
anterior y posee numerosas conexiones con el hipocampo, el hipotálamo y otras
áreas.
Parece que se encarga de inhibir el
sistema límbico y el nivel de alerta cuando se han sobreactivado por una falsa
alarma. Gracias a esta regulación, el individuo será capaz de mantener su
atención y su memoria, y estará listo para responder correctamente a las
demandas del entorno.
Es decir, controla estados de
activación extremos que serían contraproducentes para nosotros.
Los núcleos septales, además, tienen
una función integradora de aspectos emocionales, motivacionales, de alerta, de
memoria, y sensaciones placenteras como la excitación sexual.
Más áreas asociadas al Sistema Límbico:
ÁREA
TEGMENTAL VENTRAL
Se sitúa en el tronco cerebral y
presenta vías dopaminérgicas (de dopamina) que son las encargadas de las sensaciones agradables. Si se sufre una
lesión en esta área, los sujetos tendrán dificultades para sentir placer y
tratarán de buscarlo a través de conductas adictivas (drogas, comida, juegos de
azar…).
En cambio, si se estimulan partes
mediales del área tegmental, los sujetos indican que se sienten alerta, pero
irritables.
CORTEZA INSULAR (ÍNSULA)
Se localiza dentro de la cisura de
Silvio y tradicionalmente parece que tiene un importante papel en el
procesamiento e interpretación del dolor, sobre todo su área anterior.
Además, procesa aspectos subjetivos de
emociones primarias como el amor, el odio, el miedo, el enfado, la alegría y la
tristeza.
Se puede decir que da sentido a los
cambios del organismo, haciendo consciente a la persona de que tiene hambre o
que quiere volver a consumir cierta droga.
CORTEZA ORBITOFRONTAL
Tiene conexiones con áreas del sistema
límbico como la amígdala, encargándose así de codificar datos sobre las señales
sociales, y planificar estas interacciones con los demás.
Parece que participa en nuestra
capacidad para averiguar la intención de los demás por su mirada, gestos y
lenguaje.
Sin embargo, no se puede negar su
influencia en el procesamiento emocional y en la
valoración de recompensas y castigos.
Se ha demostrado
que una lesión en esta área provoca desinhibición como hipersexualidad, habla soez, chistes pueriles, falta de control de
impulsos con las drogas, adicciones; así como problemas para empatizar con los demás.
GANGLIOS BASALES
Compuesto por núcleo de accumbes,
núcleo caudado, putamen, globo pálido, sustancia negra… Principalmente están involucrados en el control motor.
Partes como el núcleo de accumbens son
fundamentales en las conductas adictivas, ya que aquí se encuentran los
circuitos de recompensa del cerebro y las sensaciones de placer. Por otro
lado, también se encargan de la agresión, la ira y el miedo.
Veamos a continuación cómo se
da este proceso. En primer lugar explicaremos como llega la información a
nuestro cerebro:
Todo
lo que aprendemos y percibimos mediante los estímulos, tanto del mundo
interior, como del exterior, llega a través de los sentidos y es procesado,
almacenado y activado a través de una serie de eventos eléctricos y químicos.
Sin
embargo el cerebro no está equipado para procesar los millones de bits de
información sensorial que lo bombardean por segundo.
Entonces
el cerebro para conservar su equilibrio homeostático intentará asegurar su supervivencia,
para ello, cuenta con un filtro de información llamado:
“SARA”
Sistema Activador Reticular Ascendente
El SARA recibe
información de las terminaciones nerviosas sensoriales de los brazos, piernas,
cabeza, cuello, órganos internos, etc.
Estos
mensajes de los sentidos deben pasar a través del SARA para poder entrar
en el cerebro racional (neocórtex) o para ser enviados directamente a
los centros de respuesta automática (complejo Reptil-Límbico).
Veamos a continuación
cómo es el proceso:
El hombre, como ser consciente y
racional se ha interesado por los procesos neurofisiológicos y psíquicos
que originan el funcionamiento cerebral, al igual que su estructura y
capacidades; se ha determinado que el cerebro, en vez de ser una única
estructura, se haya dividido en dos mitades o hemisferios con
funciones específicas especializadas aún cuando se encuentran íntimamente
envueltas en el cráneo y ligadas por distintos haces de fibras nerviosas que
actúan como canales de comunicación.
Finalmente, surgió una nueva
estructura cerebral denominada neocórtex, o nueva corteza, que es la
característica distintiva de los mamíferos euterios, más evolucionados y en
gran medida diurnos, uno de los grupos de organismos de más éxito en la
actualidad. Es el sistema encefálico que ha llegado a ser entre otros el de la
especie humana. Se trata de una nueva corteza, de ahí su nombre, formada por un
tejido nervioso de superficie rugosa y llena de pliegues. Esta corteza cerebral
dividida en dos hemisferios que se comunican a través de fibras transversales
llamadas comisuras, era en un principio funcionalmente simétrica, pero con el
advenimiento de orangutanes y gorilas, se inicia una asimetría o lateralización
de los hemisferios, con unas características y percepción distintas en uno
del otro.
El neocórtex o cerebro
racional, que es quien permite tener conciencia y controla las emociones,
a la vez que desarrolla las capacidades cognitivas: memorización,
concentración, autoreflexión, resolución de problemas, habilidad de escoger el
comportamiento adecuado, es la parte consciente de la persona, tanto a nivel
fisiológico como emocional.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Estas áreas constituyen la capa neuronal que recubre
los lóbulos pre-frontal y, en especial, frontal, de los mamíferos. Se
encuentra muy desarrollado en los primates y destaca el desarrollo en
el homo sapiens.
El neocórtex corresponde
a aquella parte de la corteza en la que puede reconocerse la estratificación en
seis capas horizontales segregadas por la célula tipo, neuronal de entrada, o
célula densa.
ESTRUCTURA DEL CEREBRO NEOCÓRTEX
Se denomina así por ser la capa evolutivamente más moderna
del cerebro. Es una fina corteza que recubre la zona externa del cerebro y
presenta una gran cantidad de surcos; tiene un grosor de unos 2 mm y está
dividida en seis capas.
Hemisferios derecho e
izquierdo.
El cerebro está dividido en dos mitades: un hemisferio derecho y otro izquierdo. Se cree que cada uno de ellos desarrolla funciones diferentes. En concreto, en las personas diestras normales, el hemisferio izquierdo parece especializado en tareas verbales y el derecho, en tareas espaciales.
|
El hemisferio derecho también llamado el hemisferio sintetizador, se
encarga del procesamiento de toda la información viso-espacial con
este concepto deseamos dar a entender todas las funciones conocidas como
superiores (cognitivas, cerebrales) que requieren del reconocimiento de
objetos, la posición de las partes del cuerpo, las relaciones espaciales de los
objetos y señales en el espacio extra personal.
El hemisferio izquierdo, es la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando palabras, y grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al habla, la escritura, la numeración, las matemáticas y la lógica, como a las facultades necesarias para transformar un conjunto de informaciones en palabras, gestos y pensamientos.
El neocórtex mide entre 2 y 4
milímetros de grosor, y posee unas 30000 millones de neuronas. En primates y
humanos está lleno de surcos y crestas (circunvoluciones). Estos pliegues
surgieron por el gran aumento de su tamaño.
Todas las personas poseen un cerebro
con el mismo patrón de circunvoluciones y surcos, aunque algunos detalles
pueden variar ligeramente de un individuo a otro.
Además, hay trastornos del
neurodesarrollo en los que estos giros no se desarrollan como deberían dando lugar
a alteraciones cognitivas diversas. Igualmente, se pueden perder con
enfermedades degenerativas como el
Alzheimer.
En los seres
humanos, el neocórtex constituye aproximadamente el 76% del volumen del
cerebro. Esta estructura surge en la etapa embrionaria del telencéfalo dorsal.
Poco a poco se va dividiendo en los famosos lóbulos: el occipital, el parietal, temporal y frontal.
Estos
lóbulos se distinguen por sus funciones. Así, el occipital destaca por la
corteza visual primaria (para procesar la visión). Mientras que el temporal, posee la corteza auditiva primaria (para los
sonidos). El parietal corresponde a las sensaciones táctiles, de percepción del
propio cuerpo, y habilidades visoespaciales.
En la especie humana, el lóbulo frontal posee funciones muy complejas y avanzadas en
relación con otras especies. Como el procesamiento del lenguaje (área de
Broca), comportamiento socialmente
deseable y control emocional.
Hay dos tipos de corteza en el
neocórtex según la arquitectura de los cuerpos celulares: el neocórtex en sí
mismo y el proisocórtex. Este último se encuentra en algunas partes del cerebro
como la circunvolución del cíngulo, la ínsula, la circunvolución del hipocampo
o el área subcallosa.
El neocórtex es el tejido cerebral más
desarrollado, como puede verse en su organización y cantidad de capas.
Se compone de
materia gris, es decir, los cuerpos de las células nerviosas no mielinizados.
Cubre una zona más profunda de materia
blanca, es decir, axones
(prolongaciones neuronales) llenos de mielina.
No obstante,
aunque el neocórtex lleva a cabo las funciones cerebrales más complejas, apenas
se observan diferencias celulares si se compara con otras partes del cerebro.
Entonces, ¿qué hace que el neocórtex
sea tan especializado? Al parecer, lo que le diferencia es su habilidad para
crear, modificar y controlar una gran cantidad de conexiones neuronales. Genera
una estructura tan dinámica y flexible, que permite un gran intercambio de
información entre los distintos circuitos neuronales.
Capas del neocórtex
El neocórtex posee una estructura
prácticamente uniforme, por eso se denomina también “isocórtex”. Está compuesto
de 6 capas horizontales de células nerviosas numeradas de la I a la VI. La
primera es la más nueva, mientras que la sexta es la más antigua.
Se organizan según una perspectiva
filogenética, es decir, cada una surge de un momento distinto de la evolución.
Así, a medida que la especie ha avanzado, se han desarrollado capas nuevas.
Dichas capas contienen neuronas tanto
excitatorias (un 80% aproximadamente) como inhibitorias (20%). Las primeras
activan a otras neuronas, mientras que las segundas las bloquean.
Principalmente las capas se componen de
“células tipo” o “células densas”, y conexiones entre ellas. Las capas se
diferencian por los tipos de células nerviosas que predominan, su disposición y
conexiones.
La capa IV es más pequeña, y se
encuentra en la corteza motora primaria. Se trata de la principal receptora de
información de tipo sensorial. Posteriormente, transmite esa información a
otras capas para que se procese e interprete.
De esta forma, esta capa recibe gran
parte de las conexiones sinápticas de estructuras subcorticales como el tálamo.
Esto es porque el tálamo está conectado con diferentes órganos sensoriales como
el oído o los ojos.
Las capas II y III envían proyecciones
sobre todo a otras partes de la neocorteza. Mientras que las capas V y VI
suelen transmitir información fuera de la corteza, como al tálamo, troncoencéfalo o médula
espinal.
En el neocórtex también se distinguen
unas estructuras verticales denominadas columnas. Son zonas de 0,5 milímetros
de diámetro aproximadamente, y de una profundidad de 2 milímetros.
Al parecer, cada columna se asocia a la
percepción sensorial de cada parte del cuerpo. Aunque también hay algunas
dedicadas a percibir los sonidos o elementos visuales.
En los seres humanos parecen existir
unas 500 mil columnas, existiendo en cada una de ellas unas 60 mil neuronas.
Sin embargo, son difíciles de definir y
no hay consenso claro sobre su anatomía, tamaño o funciones específicas.
Funciones del
neocórtex
– Percepción sensorial: en el neocórtex existen áreas que procesan e interpretan la información
que provienen de nuestros sentidos.
– Generar órdenes motoras: gracias a esta estructura cerebral, podemos hacer secuencias de
movimientos de las que ni siquiera nos percatamos. En esta zona, se planifican
todos los patrones motores necesarios para caminar, escribir, o tocar un
instrumento, por ejemplo.
– Razonamiento espacial: hay regiones del neocórtex implicadas
en comprender el espacio y actuar en relación a éste. También sirve para
orientarnos y situar elementos.
– Lenguaje: esta es una capacidad únicamente humana que nos distingue del resto de
los animales. Existen zonas del neocórtex que nos predisponen a aprender los
sonidos de la lengua desde pequeños y producirlos. Así como asociar ciertos
grupos de sonidos o símbolos escritos con un significado.
– Las denominadas funciones ejecutivas como el razonamiento, la toma de decisiones, el autocontrol, la
concentración, la autorreflexión, la resolución de problemas, etc. Es decir, la
habilidad de saber comportarse en cada momento y llevar a cabo una serie de
conductas para lograr una meta.
– Aprendizaje, memoria y sueño: se ha comprobado que el neocórtex
también es esencial para el almacenamiento de conocimientos.
De hecho, ciertas
partes del neocórtex parecen ser la sede de la memoria
semántica, que es aquella relacionada
con conocimientos generales sobre el mundo. Por ejemplo, aquello que aprendemos
en el colegio, como que París es la capital de Francia.
Lo mismo ocurre
con la memoria autobiográfica,
que es la que se asocia con hechos importantes de nuestra vida personal.
También se
almacena información de tipo instrumental, es decir, aquella que implica conductas
automáticas como conducir o montar en bicicleta.
Por otro lado,
ciertas neuronas del neocórtex también se activan durante el sueño. Parece ser
que el neocórtex dialoga con el hipocampo mientras dormimos, ayudando a
consolidar y fijar lo aprendido durante los periodos de vigilia.
INFOGRAFÍA:
https://sites.google.com/.../cerebrohumanoycalculoracional/.../paul-maclean-cerebrotri...
muy interesante una información muy buena gracias por compartirlo
ResponderBorrar